En la Cumbre Anual 2025 de la Iniciativa 20x20 en Puerto Varas (Chile), que se celebró el 9 y 10 de abril, se rindió homenaje a dos líderes visionarios por su compromiso con la restauración de los paisajes degradados en América Latina.
Una es una agricultora mapuche y lideresa comunitaria que siembra semillas ancestrales y defiende los derechos de los pueblos indígenas. El otro es un ingeniero forestal y estratega de políticas públicas cuyo trabajo en diversas regiones ha inspirado a muchos. Los homenajeados, Blanca Melín Aniñir y el Dr. Ronnie de Camino Velozo, encarnan la idea de que la restauración no es solo ecológica, sino también cultural, política y profundamente humana.
En cada Cumbre Anual, los Premios de Liderazgo que entrega la Iniciativa 20x20 reconocen a quienes realizan una labor extraordinaria para restaurar paisajes degradados en América Latina. Estos reconocimientos, que son seleccionados por la Secretaría de la Iniciativa 20x20 y el país anfitrión del encuentro, destacan a personas con un compromiso excepcional con la restauración de tierras, ya sea a través de la acción comunitaria, el liderazgo en políticas públicas o la innovación científica.
Este año, el premio se enfocó en el liderazgo, a fin de visibilizar e inspirar a los líderes de restauración cuyas acciones están transformando ecosistemas y comunidades. Los reconocimientos se entregaron en la Cumbre Anual de la Iniciativa 20x20 como una forma de celebrar el poder del liderazgo individual para impulsar un futuro más sostenible para la región.
Guardiana de semillas, defensora del saber indígena
Blanca Melín Aniñir restaura desde la raíz: semilla por semilla, historia por historia. Agricultora en la provincia chilena de Arauco, Blanca forma parte de la comunidad mapuche, y su enfoque de la restauración está profundamente arraigado en la sabiduría ancestral de su pueblo. Por más de dos décadas, ella ha rescatado semillas nativas (quinoa, maíz, fríjoles y trigo) mediante el trafkintun, encuentros tradicionales en donde se comparte y preserva el conocimiento indígena.
Nacida en Cañete, en el sur de Chile, creció entendiendo el papel fundamental que tiene la naturaleza en el sustento de su comunidad. Esta experiencia forjó su convicción de que la restauración verdadera comienza con las personas, y que el cambio duradero ocurre cuando las comunidades locales lideran esos procesos.
Su activismo entrelaza restauración de tierras, sistemas alimentarios impulsados por la comunidad y preservación de la identidad cultural. Pero su trabajo no se limita al campo. Blanca también es una firme defensora de las mujeres rurales e indígenas. Desde 2016, hace parte activa de la Mesa Provincial de Mujeres Rurales e Indígenas de la provincia de Arauco, un espacio que reúne a mujeres, en su mayoría rurales e indígenas, para compartir ideas, intercambiar semillas y aprender sobre prácticas sostenibles para el manejo de la tierra.
A través de esta plataforma, y gracias a su liderazgo en el Proyecto de Restauración de Paisajes del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés) y en comités de gobernanza local, Blanca sigue impulsando el papel de las mujeres rurales y las comunidades indígenas en la formulación de políticas de restauración que respeten las realidades locales.
“La importancia del liderazgo en la restauración es innegable”, señaló Contanza Troppa, quien entregó el premio a Blanca en nombre de la Corporación Nacional Forestal de Chile (CONAF). “Reconocer y apoyar el liderazgo de las mujeres es fundamental para avanzar hacia un futuro más equitativo y sostenible”.
La luz que guía a Blanca es el küme mogen, el concepto mapuche del “buen vivir”, en el que la armonía con la tierra es inseparable del bienestar espiritual y colectivo.
“Creo que la cultura mapuche podría incorporarse en la soberanía alimentaria, o como yo la llamo, el kimün mapuche”, dice. “El küme mogen, el buen vivir, es lo mismo que la soberanía alimentaria. Pienso que un país sin cultura no es nada”.
En su esencia, su trabajo desafía una categorización estrecha. Su trabajo es político y poético, espiritual y estratégico. No solo restaura el suelo, también el alma.
El arquitecto de las políticas de restauración
Mientras que la restauración de Blanca se nutre del conocimiento indígena y la fuerza comunitaria, el Dr. Ronnie de Camino Velozo sienta las bases técnicas y políticas para que esos esfuerzos prosperen: marcos normativos, enfoques revolucionarios de enseñanza, liderazgo en plataformas y avance en investigación.
Habla sobre restauración con toda la autoridad lograda tras una trayectoria de décadas, combinando rigor académico con pasión artística y evidencia sólida. Como ingeniero forestal chileno con formación de posgrado y residencia postdoctoral en Alemania, don Ronnie es ampliamente reconocido como uno de los mayores referentes regionales en uso sostenible del suelo y gestión forestal.
Apoyó el diseño del primer plan nacional de reforestación de Chile, implementó un programa de reforestación de medio millón de hectáreas en Venezuela, y se convirtió en una figura clave del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) en Costa Rica. En esta institución, fue profesor, director de programas y subdirector general. Además, fue presidente del capítulo iberoamericano de la Red de Bosques Modelo entre 2008 y 2017, contribuyendo a construir un movimiento para fortalecer buenas prácticas y gobernanza entre los líderes del paisaje.
Ronnie fue clave en los inicios de la Iniciativa 20x20 ayudando a inspirar, diseñar y movilizar apoyo político para concretar su visión fundacional: restaurar millones de hectáreas de tierras degradadas en América Latina y el Caribe.
Ha publicado más de 150 trabajos científicos y ha sido asesor de organizaciones como el Banco Mundial, la FAO, CIFOR y las Naciones Unidas. Pero, más importante aún, ha sabido escuchar. Ha trabajado con comunidades indígenas en México, Guatemala, Venezuela y otros países, abogando porque se escuchen siempre las voces locales. Al mismo tiempo, ha pintado, esculpido y, más recientemente, compartido poesía en TikTok con versos que inspiran a nuevas generaciones a continuar su legado.
Sin embargo, su legado más duradero es el capital humano que ha formado: redes de estudiantes, líderes indígenas y responsables de políticas públicas a quienes sigue prestando orientación. Durante años, ha organizado círculos de lectura en centros científicos para debatir la relación entre investigación y restauración, y ha contribuido a recuperar bosques modelo y paisajes rurales, no solo para los árboles, sino también para las personas.
“Estoy muy agradecido por este reconocimiento. He dedicado gran parte de mi vida a trabajar por los bosques, los paisajes y las personas que viven en ellos. En el camino, tuve la oportunidad de colaborar con muchas comunidades, organizaciones e instituciones que creen que la restauración no es solo una tarea técnica, sino un proceso social y humano”, dijo Ronnie durante la ceremonia.
“Este premio no es solo para mí, sino para todos los que creen que es posible construir un futuro más verde, justo y sostenible desde la base”.
Incluso ahora a sus 83 años, una edad en la que la mayoría se retira, Ronnie sigue activo siendo Asesor Senior del Fondo Forestal y de Cambio Climático en Luxemburgo, como artista que explora nuevas plataformas de comunicación, y como recordatorio de que la silvicultura tiene tanto que ver con valores como con cadenas de valor.
Desde las raíces locales hasta los cambios regionales
La elección de Blanca y Ronnie como ganadores del Premio al Liderazgo 2025 va más allá del simbolismo: refleja un cambio creciente en la forma en que se concibe la restauración en América Latina. Ya no se limita a políticas impuestas desde arriba, a las definiciones académicas, o a acciones locales aisladas. Hoy, la restauración exige una diversidad de voces y enfoques.
Al homenajear a estos dos líderes, la Iniciativa 20x20 y sus aliados afirman que el éxito en la restauración solo es posible si une a quienes formulan políticas públicas, comunidades locales, economistas, artistas y guardianes del territorio.
Tanto Blanca como Ronnie nos recuerdan que los paisajes no son escenarios pasivos de la acción humana: son sistemas vivos moldeados por la memoria, la gobernanza y la cultura. Y se restaurarán no solo plantando árboles, sino también sembrando ideas (y esperanza) en quienes los cuidan.

Fotos por MMA Chile