Detener y revertir la degradación de los ecosistemas en todo el mundo es esencial para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Los esfuerzos para restaurar los bosques y paisajes degradados en el mundo deben intensificarse para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030, según la publicación Unasylva de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
La degradación de la tierra y los bosques es uno de los problemas medioambientales más acuciantes del mundo. A nivel mundial, el 25 por ciento de la superficie total de la tierra se ha degradado. Para salvaguardar el futuro de nuestro planeta es necesario emprender acciones importantes para prevenir, detener y revertir la degradación de los ecosistemas en todo el mundo.
La importancia de la restauración de tierras y bosques se destaca en la edición española de la publicación forestal periódica de la FAO, Unasylva, presentada hoy en el seminario en línea: La contribución de la restauración de paisajes a la adaptación a los efectos del cambio climático y su papel en los NDC’s.
Con el título “Restaurar la Tierra: el próximo decenio”, esta edición también evidencia que en los últimos diez años se han hecho considerables progresos en la restauración de los bosques y paisajes.
A día de hoy, 74 países y otras entidades se han comprometido a restaurar 210 millones de hectáreas - una superficie que equivale a la mitad de la India -, y las respuestas regionales tales como la Iniciativa de Restauración del Paisaje Forestal Africano (AFR100) y la Iniciativa 20×20 en América Latina están progresando significativamente. “La restauracion de tierras no solo contribuye a mantener la producción sostenible de alimentos, sino que también puede reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y las perdidas de biodiversidad” de acuerdo a Walter Vergara, coordinador de la Iniciativa 20x20.
Sin embargo, la publicación sostiene que es necesario hacer mucho más a escala nacional, regional y mundial para cumplir los compromisos del Desafío de Bonn, cuyo objetivo es restaurar 350 millones de hectáreas de tierras degradadas y deforestadas para 2030, así como otros compromisos internacionales.
“La restauración de bosques y paisajes va más allá de los árboles: tiene beneficios sociales y económicos, como la mejora del bienestar humano y los medios de subsistencia, y contribuye a muchos Objetivos de Desarrollo Sostenible, como la mitigación del cambio climático y la conservación de la biodiversidad”, aseguró Mette Wilkie, Directora de la División Forestal de la FAO.
Nuevas iniciativas
La última edición de Unasylva presenta una serie de nuevas iniciativas y programas de restauración destinados a aumentar la financiación, reforzar la capacidad de los actores locales y mejorar la asistencia técnica para la restauración de bosques y paisajes.
La publicación también presenta enfoques técnicos, como la Regeneración Natural Asistida (RNA), para aumentar la adopción de la restauración de bosques y paisajes, y destaca los factores que sustentan su aplicación.
Entre las historias positivas destacadas está el éxito de China en revertir siglos de degradación y pérdida de bosques gracias al liderazgo político, la participación de múltiples partes interesadas y un enfoque de gestión adaptativa.
Unasylva también presenta el movimiento de conservación comunitario del norte de Kenia, que demuestra que la restauración de la tierra es más eficaz cuando también se tienen en cuenta la paz, la gobernanza, la empresa y la conservación de la fauna.
Los estudios de caso de Brasil, Camboya, Madagascar y Santo Tomé y Príncipe ilustran el abanico de posibilidades de los mecanismos de coordinación institucional para la restauración de bosques y paisajes.
Los ejemplos de Níger y Burkina Faso muestran la importancia de capacitar a las autoridades y comunidades locales para planificar y financiar la restauración y la gestión sostenible de la tierra.
Acciones necesarias
La publicación también describe las acciones necesarias para aprovechar el impulso que ofrece el Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas (2021-2030), que se lanzó el pasado 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, para ampliar la restauración de los bosques en cientos de millones de hectáreas.
Entre ellas se encuentran el desarrollo de casos de negocio detallados para los gobiernos y los inversionistas del sector privado, nuevas políticas y legislación para apoyar las inversiones en restauración, y protocolos de restauración específicos para cada paisaje.
El monitoreo eficaz a nivel global, de paisaje y de proyecto es también esencial para mantener la restauración en marcha.
“Habrá que convencer a las sociedades de todo el mundo de la imperativa necesidad de la restauración global con argumentos económicos racionales, compasión por las generaciones actuales y futuras, y una conexión emocional con la naturaleza”, según los autores de un artículo de la revista.